Una nueva categoría de smartphones acaba de nacer y parece que no va a dejar indiferente a nadie: los teléfonos de pantalla flexible. Ejemplo de ello es el Huawei Mate X, el «quasi» futurista móvil (ya que además se puede conectar a redes 5G) que el gigante tecnológico ha presentado este domingo en el Mobile World Congress ( MWC) que estos días –y como cada año desde 2003– se celebra en Barcelona.
El pabellón en que ha tenido lugar el evento estaba abarrotado y la expectación que en él se respiraba era máxima, más aún teniendo en cuenta que en los últimos días se han producido filtraciones (incluso directamente de la propia marca) que daban pistas de cómo iba a ser el nuevo producto de Huawei; pinceladas e ideas que dejaban a los amantes de la tecnología con la miel en los labios. Se trata de un teléfono cuya pantalla, hecha de materiales más finos y resistentes, se dobla sin problema: sin perder ninguna de sus prestaciones ni sufrir ningún tipo de daño. Posee una única pantalla exterior que, desplegada, mide 8 pulgadas y que se pede usar como si fuera una tablet; sin embargo, en el momento en que se dobla, adquiere el tamaño de un móvil normal que se puede llevar en el bolsillo.
Posee una sola bisagra en la que los ingenieros de la compañía han estado trabajando tres años y que hace que se doble por la mitad; se ubica en la parte trasera del teléfono cuando está «en modo tablet». Una vez que se pliega y pasa a ser un smartphone más o menos convencional, el usuario puede elegir entre la pantalla que queda por una cara (6,6 pulgadas) o la que aparece por la otra (6,38 pulgadas). Todas ellas (y de esto presume la compañía) dejan que las imágenes las ocupen enteras, sin que los bordes les coman terreno.
Una nueva categoría de smartphones acaba de nacer y parece que no va a dejar indiferente a nadie: los teléfonos de pantalla flexible. Ejemplo de ello es el Huawei Mate X, el «quasi» futurista móvil (ya que además se puede conectar a redes 5G) que el gigante tecnológico ha presentado este domingo en el Mobile World Congress ( MWC) que estos días –y como cada año desde 2003– se celebra en Barcelona.
El pabellón en que ha tenido lugar el evento estaba abarrotado y la expectación que en él se respiraba era máxima, más aún teniendo en cuenta que en los últimos días se han producido filtraciones (incluso directamente de la propia marca) que daban pistas de cómo iba a ser el nuevo producto de Huawei; pinceladas e ideas que dejaban a los amantes de la tecnología con la miel en los labios. Se trata de un teléfono cuya pantalla, hecha de materiales más finos y resistentes, se dobla sin problema: sin perder ninguna de sus prestaciones ni sufrir ningún tipo de daño. Posee una única pantalla exterior que, desplegada, mide 8 pulgadas y que se pede usar como si fuera una tablet; sin embargo, en el momento en que se dobla, adquiere el tamaño de un móvil normal que se puede llevar en el bolsillo.
Posee una sola bisagra en la que los ingenieros de la compañía han estado trabajando tres años y que hace que se doble por la mitad; se ubica en la parte trasera del teléfono cuando está «en modo tablet». Una vez que se pliega y pasa a ser un smartphone más o menos convencional, el usuario puede elegir entre la pantalla que queda por una cara (6,6 pulgadas) o la que aparece por la otra (6,38 pulgadas). Todas ellas (y de esto presume la compañía) dejan que las imágenes las ocupen enteras, sin que los bordes les coman terreno.
La apuesta contra Samsung
Algo que parece sacado de una película futurista se ha convertido en la apuesta de la grandes empresas tecnológicas que compiten entre sí y que pretenden convertir los impresionantes terminales en tendencia. El pasado jueves, Samsung presentó en la ciudad de San Francisco –para celebrar el décimo aniversario de su buque insignia: el Galaxy S– su también teléfono plegable, el Galaxy Fold. Ahora, Huawei le hace saber de manera oficial a la compañía coreana que no será la única que ponga a la venta estos teléfonos «contorsionistas» que se doblan y desdoblan sin esfuerzo, al antojo del usuario, y que ya desde el primer momento tendrá competencia en el ámbito de los teléfonos con pantalla flexible. El dispositivo, que llegará a mitad de este año, estará disponible por 2.299 euros.
Por otro lado, hay que añadir que el «cerebro» de este Mate X es el procesador propio de Huawei, el potente Kirin 980. Junto él, el modem Balong 5000, fabricado para trabajar con las novedosas redes 5G, una de las tecnologías estrella de este MWC 2019 llamadas a revolucionar las conexiones conocidas y a alimentar a ese «internet de las cosas» del que todo el mundo habla. Y, además, en una época en que las redes sociales y los selfies están en alza, el nuevo teléfono posee una cámara perfecta para que los usuarios tomen fotos de sí mismos y si el móvil se cae de las manos, no habría mucho que temer, ya que está protegido por una carcasa que lo cubre entero.