ZHUHAI, China (AP) — Una compañía estatal dice que está desarrollando un nuevo dron militar en otro indicio del crecimiento de la industria aeroespacial china.
El vehículo aéreo no tripulado CH-7 también pone de manifiesto la creciente competitividad de China en el mercado global de drones.
El diseñador en jefe del dron, Shi Wen, dijo que el aparato puede “volar durante varias horas, analizar y atacar un objetivo cuando sea necesario”.
“Creo que muy pronto, en los próximos dos o tres años, veremos al CH-7 volando y que llegará a ser un producto práctico y útil en el futuro”, declaró a la Associated Press.
Señaló que la Corporación China de Ciencia Aeroespacial y Tecnología, que fabrica el aparato, planea probar el dron el año que viene y empezar una producción masiva en el 2022. Dijo que probablemente sea vendido en el exterior, pero no dio más detalles.
Un modelo de la aeronave es exhibido esta semana en el show aéreo de Zhuhai, en el sur de China, un evento semestral que presenta los más reciente avances en aviación militar y civil en China.
Con una envergadura (distancia de una punta de un ala a la otra) de 22 metros (72 pies) y una longitud de 10 metros (33 pies), el CH-7 tiene el tamaño de un avión de combate y su motor lo puede impulsar a la velocidad de una aeronave comercial.
Estados Unidos, Rusia y Francia también están trabajando en drones difíciles de detectar. Israel es desde hace tiempo un líder en este sector.
Estados Unidos se ha mostrado reticente a vender sistemas de aparatos aéreos no tripulados, ni siquiera a países miembros de la OTAN, lo que despeja el camino para las exportaciones de China, según Justin Bronk, experto en este tipo de tecnologías en el Instituto Real de Servicios Unidos para Estudios de Defensa y Seguridad de Londres.
“Sería un sector de ventas de equipo militar que no ofrece ningún otro país”, dijo Bronk.
Además de aviones de combate indetectables y jets de pasajeros, China progresa a paso acelerado en la fabricación de aparatos no tripulados. Los chinos se benefician del hecho de que no han firmado un tratado de control de tecnología de misiles que restringe las importaciones de esos proyectiles y de sistemas militares no tripulados.
La cantidad de programas de drones surgidos en China en los últimos años es “sorprendente”, según Sam Roggeveen, director del programa de seguridad internacional del Instituto Lowy de Australia.
Si bien resta por verse qué tan efectivo es el CH-7, de ser exportado, “sería algo notable en vista de que China tradicionalmente no ofrece su tecnología de avanzada a clientes extranjeros”, señaló Roggeveen.
China está cortejando a países del Medio Oriente a los que Estados Unidos no les vende drones por la excesiva cantidad de bajas civiles. Los vendedores de armas chinos son los principales distribuidores de drones militares del mundo.
Estados Unidos sigue adelante en la tecnología, pero China cobra menos. Y el hecho de que esté dispuesta a vender el CH-7 en el exterior revelaría que no incorpora una tecnología de avanzada, de acuerdo con Ron Huisken, experto en seguridad regional de la Universidad Nacional Australiana.
Las exportaciones chinas reflejan la creciente popularidad de los drones en los campos de batalla a pesar de que no haya acuerdos internacionales firmes acerca de dónde y cómo se los puede usar.
“Uno se pregunta qué sorpresas desagradables habrá en relación con el uso de los drones a medida que llegan a manos de países poco estrictos” en estas cosas, expresó Huisken.